Ya ha pasado el gran momento: He impartido mi primera clase de biodanza. Aunque me sentía un poco nerviosa, por ser mi primera clase en solitario y sin el apoyo del profe, a la vez tenía la tranquilidad de que todo iba a salir bien. Todo era dual en esta situación. Venían muchos amigos y conocidos y eso por un lado me daba cierta confianza, y por otro me hacía sentir una responsabilidad mayor. Quería que vinieran todos los que habían mostrado interés y a la vez temía que la sala se desbordara y tuviéramos que salirnos al balcón.
La sala del Estudio Luna es muy agradable y allí todos vosotros hicisteis que se consiguiera esa magia que da la biodanza cuando te entregas a ella.
Quiero daros las gracias, a todo el grupo, pues con vuestra participación y vuestra confianza en mi trabajo, he podido dar el primer paso de esta mi nueva andadura. GRACIAS.
Mi segunda experiencia con la biodanza fue tan gratificante como la primera. Gracias por esta otra oportunidad.
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